Nunca en la historia de los poetas hablaron de esquirlas de arena en el viento, seré entonces un osado improvisador de versos, un holgazán
que sueña con bellas frases y se deleita en las más recónditas habitaciones de
su ser. Desde ese lugar los miro a todos, te miro a ti, y miro en mí, tu
espera.
Siempre esperas que diga algo, que actúe de tal modo. No tengo nada qué decir, no tengo la más mínima idea de qué hacer. No tengo nada para darte, ni mi desdicha para que la vuelvas lástima. No tengo nada, sólo miles de pequeños instantes. Fuera y dentro de ellos me evaporo en caminos de brasas. Soy un criminal al hacer gotear su cuerpo, soy su amor y también soy nada, y soy toda la nada del táctil vacio... De la conjetura de mis días vengo, y del poema que escribió mi antepasado. Vengo del tiempo que me arrastra y que me mata lento.
Siempre esperas que diga algo, que actúe de tal modo. No tengo nada qué decir, no tengo la más mínima idea de qué hacer. No tengo nada para darte, ni mi desdicha para que la vuelvas lástima. No tengo nada, sólo miles de pequeños instantes. Fuera y dentro de ellos me evaporo en caminos de brasas. Soy un criminal al hacer gotear su cuerpo, soy su amor y también soy nada, y soy toda la nada del táctil vacio... De la conjetura de mis días vengo, y del poema que escribió mi antepasado. Vengo del tiempo que me arrastra y que me mata lento.
Juan D.P.
20/11/16
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