lunes, 28 de diciembre de 2020

Terum


 

Ni la intimidad de la noche lluviosa de tu ventana,

Ni la dura cama en que dormía, entre la vaquita y el violín

Ni la sucesión de tu temprana vida junto a la mía, se empalidecerán en mi memoria

Cómo volver a ver tu pelo enrizado y tu brazo marcado.

Mujer admirablemente colocada y encumbrada en mi pecho

Quieta y resplandeciente, acostada, era yo el guardián de tu ensueño.

Porque yo estuve al lado mil noches de vigilia en tus brazos,

Pero ahora sólo eres en sueños, como algo que la memoria elige.

¿Me darás tu risa desde esta noche hasta la mañana?

Observaré por última vez tus ojos enamorados y mi nombre en tus labios,

Te veré por primera vez y para siempre,

Para que mis yerros, mis despertares y el tiempo, desbaraten lo que tuve, y ahora ya no tengo.

Juan P, 29, diciembre. 2020.

12:02a.m.