Por un lado, no quiero ser sentimental, y por otro lado, no puedo dejar de serlo.
Una persona es una presencia, una persona es cierto rostro, es cierta voz.
Una persona es una presencia, una persona es cierto rostro, es cierta voz.
Sobre este hecho sé que ella está cerca.
Sólo así puedo comunicarla, escribiendo
para que sea eterno y hablando para que ella me escuche en el teléfono.
Mi
madre estuvo aquí hoy llevando mi cabello hacía atrás, con qué suavidad y
tibieza, cómo quisiera que fuese sido hoy.
Conmigo ha sido incomparable, cuántas
veces le he fallado, y ella no me ha fallado nunca.
Qué indulgencia ha tenido conmigo, cómo
ha sabido perdonarme lo imperdonable, es la única forma del perdón.
Cómo me ha aceptado mis males y su amor permanece
intacto.
Le debo tanto, todo lo bueno y también
todo lo malo, ella fue el espectro mágico de mi existencia.
Y si es por ella todas estas cosas, lo
recibo con agrado y con devoción.
Juan D.P. 28/01/17
JLB